La imagen del surfista esperando
la ola para montarla refleja de alguna manera la vida de muchas personas, que
pasan su vida esperando que todas las fuerzas del cosmos se conjuguen en ese momento,
trabajo o persona perfecta que anhelamos. Y en esa espera se quedan y dejan
pasar oportunidades, que a lo mejor no son las mejores, pero que podrían
representar el comienzo del camino que nos llevará a una vida más plena.
Es increíble cuanta energía es
depositada en esperar en que alguien haga algo, a que algo suceda para empezar.
La realidad es que si esperas, no haces nada. Actuar y prepararnos es la clave
de todo, inclusive el surfista en espera de la ola, no está en la playa sentado,
está en el mar sobre su tabla con su traje de neopreno, listo para subirse en
ella, así no sea la perfecta, la persigue, la monta y la disfruta.
Si fallamos, razón por la cual
muchas personas no hacen nada, encontramos un plan diferente, no es necesario
que tengamos un gran margen de contingencia. Sólo hacemos y nos adaptamos, es
más divertido.
Nadie dijo que la vida fuera fácil, ni que todo iba a ser perfecto, los momentos malos y los buenos se complementan. No pasemos la vida esperando a que llegue el momento perfecto, la palabra perfecta, la persona perfecta… tomemos lo que tengamos y hagamos que sea perfecto. Porque solo nosotros decidimos si algo es perfecto o no.
Nadie dijo que la vida fuera fácil, ni que todo iba a ser perfecto, los momentos malos y los buenos se complementan. No pasemos la vida esperando a que llegue el momento perfecto, la palabra perfecta, la persona perfecta… tomemos lo que tengamos y hagamos que sea perfecto. Porque solo nosotros decidimos si algo es perfecto o no.
Muchas veces por estar esperando dejamos
pasar todo sin darnos cuenta y terminamos escogiendo lo menos conveniente o peor
aún: nos quedamos sin nada....
“Y se dio cuenta de que la vida
no era eso, la vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a
levantarse; la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, y abrazarte a
quien te abrace y a quien no te abrace pues no le abrazas y punto, y no pasa
nada.” (Película: Sexo en Nueva York)
Ricardo Pérez González